30 August 2018
El yacimiento de Madinat Albalat o Madinat al-Balat, está situado en el término municipal de Romangordo, junto a la autovía A5. Este asentamiento musulmán fue fundado cuando el territorio extremeño pertenecía a Al-Andalus, en plena dominación durante la edad media. Su importancia se debe a la función de control que ejerce en uno de los pocos vados del curso medio del río Tajo, hoy desaparecido bajo las aguas del pantano de Torrejón, al igual que el barrio altomedieval extramuros con restos de un Hamman, el único encontrado en Extremadura junto con el de Mérida, y la necrópolis musulmana que también queda bajo las aguas del embalse.
Declarado Bien de Interés Cultural, se comenzó a excavar en el año 2009 bajo la dirección de Sofie Gilotte y un equipo compuesto por estudiantes y especialistas de diversas ramas como la geofísica, la paleobotánica y la arqueozoología, todos de nacionalidad francesa y española.
El asentamiento estuvo ocupado hasta al menos la primera mitad del siglo XII. Su mención en algunas fuentes del siglo X podría sugerir la existencia de una ocupación anterior que aún no ha sido detectada a pesar de que se prospecta en algunas zonas del yacimiento con esa intención.
La muralla perimetral encierra una zona de 2 has. Aproximadamente y se encuentra reforzada por numerosas torres. Está construida sobre una plataforma que domina la ribera izqueirda del río Tajo. Se aprecia fácilmente varios indicios de reformas que se encaminaron siempre a ampliar la anchura de los muros, utilizando materiales locales (pizarra, tapial de tierra, guijarros y cal). Estas repetidas mejoras demuestran la importancia de esta fortificación a lo largo de la historia. La ciudad fue destruida por los cristianos tras un asedio en la primera mitad del siglo XII del que se tiene constancia a través de fuentes documentales y también por los restos de material bélico encontrados.
La cerámica encontrada se relaciona con la preparación y conservación de alimentos pero también con las redes comerciales que permitían la llegada de recipientes más lujosos y de fabricación más elaborada procedente de otras zonas de la península. También resulta interesante observar los dibujos grabados sobre el pavimento de pizarra de los patios en forma de juegos como el alquerque. También se han encontrado fichas de piedra o cerámica talladas y pulidas, algunas de ajedrez. Los esgrafiados también representan otro tipo de dibujos que aún no han podido ser identificados y son numerosas las huellas dejadas por puertas y goznes en el solado de las viviendas.
El buen estado de conservación han convertido al yacimiento en un elemento indispensable para estudiar el periodo islámico en Extremadura, estudio que se sigue en primera instancia en el laboratorio situado en Romangordo donde se estudia a diario todo el material que las excavaciones aportan.