Fotografías: Diego Casillas. Texto: Maria de Melo Producciones / Diego Casillas
28 October 2021
A menudo las cosas no son lo que parecen. Incluso a veces, ni siquiera parecen lo que son.
Si a esto sumamos comedia, ya tenemos un enredo montado. Y si le añadimos la sofisticación teatral de alguien que conoce muy bien la Comedia del Arte y la Sátira Francesa como es Jesús Lozano Dorado y un cuidado vestuario de época diseñado y realizado por Inmaculada Cedeño, el resultado solo puede llamarse “El Juego de los Embustes”.
Inmaculada Cedeño y Jesús Lozano, además de estas aportaciones, dan vida a unos personajes... muy vivos. Incluso la labor de ambos va más allá de la interpretación y el vestuario: él es el autor y director de la obra y ella es la diseñadora de una acertada y práctica escenografía realizada por El Molino que ayuda a crear el ambiente deseado por el autor y director. Les acompañan en las tablas las actrices Amparo Morquecho y Marina Haberkorn. Este montaje cuenta además con un plus: la interpretación en directo de música de época recreada por Fernando Merchán y Jorge Almansa.
Y este resultado es, en verso, fresco, divertido y con un toque clásico. Todo en sí es tan redondo que genera dudas sobre si está escrita en el siglo XVIII en Bérgamo o hace poco en Extremadura. Una comedia desarrollada por cuatro personajes y dos músicos que, en su desarrollo cambian de identidad ya que aquí nadie es quien dice ser y todos quieren ser quienes no son.
El Juego de los Embustes es una farsa y a veces un vodevil, y sin duda es, una comedia de engaños y de enredos ambientada en la pomposa sociedad del siglo XVIII en la que el público disfrutará de amores, desamores, esgrima con floretes, un cuidadosísimo vestuario de época, bailes, música, líos de Condesas y Criadas, de Lacayos y Señores, salpicada de ironía y picardía, engaños, mentiras y traiciones.
Un noble con traje como fortuna, pretende a una rica, recta, estricta, esbelta condesa heredera de gran fortuna. El caballero se pasa por criado, mayordomo, jardinero, lacayo; se mete en la casa palaciega a escudriñar, a embaucar, a consolar los entresijos de la casa y de la condesa; se disfraza de bandido donjuanesco para urdir desde los adentros, cuentos e inventos con que buscarse el sustento. ¿Es un bribón, diciendo ser un Conde? ¿Es un bufón fingiendo un marqués? ¿Es un buscón, un ladrón? ¿Un vizconde de postín con aires de zorro espadachín?. Sonsacarle quiere los favores y los gustos de la señora condesa a una criada huraña y descarada que dice ser ¡la verdadera condesa!.
El pícaro perdido se vuelve a perder, cuando otra fina señora libertina y fresca, a la puerta, la condesa dice ser también. La casa es una locura, un desgobierno, ¡es un infierno!, son tres condesas que dicen ser nacer y poder gobernar y jurar que son la Condesa de Galapagar, el buscón es un don Juan sin rumbo y sin ademán, no sabe quien es la condesa ni quien es quien ni cual es la recompensa por tan vil jugarreta de tres criadas condesas, hermanas, con hacienda y sin reales truhanes, criados y donjuanes con traje y sin pela. Disfrute…, no se asuste, es… “El Juego de los Embustes”.
Texto original/Dirección: Jesús Lozano Dorado
Diseño de Iluminación: Luis Perdiguero
Asistente de iluminación: Miguel Salinero
Diseño de arte/vestuario/escenografía: María de Melo Collection
Realización escenografía: Talleres El Molino
Caracterización y maquillaje: Marina Haberkorn
Coreografía de la Chacona: Angel Zambrano
Esgrima escénica: Iker Alejo
Música adaptada: Fernando Merchán y Jorge Almansa
Técnico de iluminación y sonido: Samuel Cotilla y Miguel Ángel García
Producción y distribución: Maria de Melo Producciones