Texto y fotografías de: Diego J. Casillas Torres
30 March 2021 | Fuente: www.miextremadura.com
Abu al-Ádil, ayudante del Aarif (arquitecto) encargado del HisnFurnayus (Hisn-fortaleza+Furnayus-nombre que los musulmanes dieron a Hornachos probablemente derivado del antiguo nombre romano, Fornacis), contempló la planta irregular, alargada en el eje Norte-Sur que se adaptaba a la superficie de aquél monte rocoso. Enrolló los pergaminos que contenían los planos y los guardó en un tubo de cuero grueso. Esa sería una de las últimas veces que lo haría porque las obras estaban llegando a su fin. Los obreros habían avanzado mucho en los últimos meses ya que en otoño no había llovido apenas. Tampoco nevó en Invierno y los días previos a la primavera estaban siendo soleados y no había rastro de nubes. Fríos pero muy soleados. La única inclemencia era el viento que, en aquél alto, dejaba congelados a los trabajadores que tenían que recurrir a tiras de lana y a pieles de oveja para abrigar manos, brazos y los costados. Pero ese viento que no paraba dese hacía meses era el que había ayudado a que los tapiales se secasen con más rapidez de lo habitual.
Encaminó sus pasos descendiendo hacia el grupo de casas que había hacia poniente. Buscaría al Aarif y le daría el parte de las obras antes de retirarse a descansar. No pudo siquiera imaginar que setecientos años después, un Rey llamado Carlos I ordenaría demoler aquéllas modestas viviendas junto con la pequeña muralla como castigo por el levantamiento de sus descendientes los moriscos.
Hoy día, doce siglos después, apenas hay restos entre las rocas de aquéllas casas derribadas por orden de Carlos I, ni del segundo recinto amurallado que ampliaba la fortaleza que marcaba la frontera entre los reinos musulmanes de Badajoz y Toledo.
Fue construido con los usos típicos de la arquitectura almohade, es decir con mampostería regularizada en hiladas sobre los que se asientan lienzos de tapial. La fortaleza originalmente fue concebida como Alcazaba y posteriormente tras pasar a manos cristianas pasó a ser Castillo. Se encuentra situada en uno de los picos de la Sierra de Hornachos donde, presumiblemente, existió un castro prerromano avalado por la existencia de numerosos vestigios en la zona desde el Neolítico-Calcolítico y la Edad del Bronce.
Dio servicio durante algo más de cuatro siglos hasta que el 8 de Diciembre de 1.234, efectivos militares de la Orden de Santiago lo toman para su rey Fernando III El Santo. A partir de ese momento, y entre los siglos XIII y XVI, el edificio es reconstruido y reformado, introduciendo en algunos lienzos de la muralla la piedra que le confiere el aspecto que actualmente conocemos. Finalmente es cedido a la Orden de Santiago, marcando el límite jurisdiccional entre dicha orden y la de Alcántara que estaba establecida en La Serena.
Sabemos que hacia el Siglo XVII el Castillo se encontraba en un estado ruinoso y abandonado, aunque la certeza es de un siglo después, a través del documento Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, Partido de Llerena, realizado con fecha 14 de Marzo de 1791, páginas 569 a 590, que dice textualmente: Ay un castillo que se halla en la cima de esta poblazion, el que se halla mui deteriorado y quasi caído, en sus faldas hai un poco terreno que se labra para forraje y percive su corta renta la encomienda, de quien es propio.
Desde entonces, la ruina del edificio no ha hecho más que incrementarse por el devenir de los años y por los estragos que los fenómenos meteorológicos causan por su persistencia.
La pasada semana nos sorprendió gratamente la noticia de la adquisición del Castillo y terrenos anexos por parte del Ayuntamiento de Hornachos, con la intención de conservar este legado arquitectónico e iniciar en un futuro las prospecciones arqueológicas que confirmen la presencia de antiguas civilizaciones en la Sierra de Hornachos. Enhorabuena. Desde entonces, Hornachos es mucho más rico.
El castillo es para la población y la comarca todo un símbolo identitario con gran valor histórico y arqueológico que bien merece este esfuerzo e iniciativa y todo lo que venga para preservar su existencia.
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