Monfragüe y su Entorno. Naturaleza y Turismo de Estrellas.

Monfragüe y su Entorno reúne un conjunto de poblaciones en el centro norte de la provincia de Cáceres. Éstas, situadas en el triángulo geográfico que delimitan Navalmoral de la Mata, Trujillo y Plasencia, tienen el privilegio de compartir un espacio natural inigualable. Todos los paisajes del planeta son inigualables, ciertamente, pero las características de Monfragüe y su Entorno lo hacen algo más que único. La biodiversidad de estas tierras es enorme. Multitud de especies animales terrestres, aéreos y acuáticos, de insectos, de plantas, arbustos y árboles, hacen de este espacio un lugar extremadamente singular. No hay otro igual y tampoco existe un lugar en el planeta que congregue tanta vida. Está considerado como la más extensa y mejor conservada mancha de monte mediterráneo a nivel mundial. El río Tajo, que lo atraviesa, favorece el mantenimiento de este espacio en las condiciones que ofrece.

Antes de continuar que, para obtener un buen rendimiento de esta guía, tienes resaltados en color enlaces que te conducirán a su ubicación exacta en Google Maps, para que puedas encontrar los que no están registrados y para que te sea más fácil ir al resto sin necesidad de consultar fuera de este itinerario.

La Reserva de la Biosfera de Monfragüe cuenta con uno de los cielos más limpios y con menos contaminación lumínica que hacen que la observación y fotografía del firmamento se convierta en un verdadero espectáculo. En mayo de 2017, Monfragüe obtuvo la certificación “Destino Turístico Starlight” que la Fundación Starlight otorga a los espacios que poseen una excelente calidad del cielo y que, por tanto representan un ejemplo de protección y conservación. Esta exigente certificación tiene en cuenta requisitos ambientales, naturales, culturales y científicos así como de alumbrado inteligente e innovación. En 2021, Monfragüe revalidó la certificación como consecuencia del compromiso de las entidades públicas para mantener y mejorar las condiciones de observación del cielo nocturno, su divulgación y protección.

Si bien la mano del hombre ha modelado el paisaje durante milenios para entregarnos ese gran legado que es la dehesa, Monfragüe y su Entorno mantiene en sus 18.396 hectáreas zonas vírgenes con una naturaleza salvaje que reta al ser humano a sobrevivir respetando su presencia. Y eso también se ha conseguido. Esta coexistencia del hombre y el medio es, ha sido y será profundamente respetuosa. No encontrarás a nadie más considerado y tolerante con el medio que un monfragüeño, orgulloso de lo que tiene, del lugar en el que vive, capaz de frenar en su día el avance de las plantaciones de eucalipto que devoraban el bosque autóctono para conservar su esencia.

Fue el primer espacio protegido de Extremadura consiguiendo la declaración de Parque Natural en 1979. Obtuvo la de Parque Nacional en el año 2007 y cuenta desde 1991 con la calificación de Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA) concretada posteriormente, en 2004 bajo la denominación ZEPA "Monfragüe y Dehesas del Entorno" que ampliaba la extensión de protección hasta las 116.160 hectáreas. En 2003 consiguió también la categoría de Reserva de la Biosfera, siendo una de las 55 reservas nacionales y de las 759 de todo el planeta.

Su gestión depende de la Junta de Extremadura la cual regula y vela por esta importante biodiversidad: encinares y alcornocales, bosque y matorral mediterráneo, roquedos, embalses y arroyos acogen la vida de más de 280 especies de vertebrados. Entre ellos destaco los preciados e hipnóticos buitres negros, y leonados y también los tímidos alimoches que miles de turistas comunes y especializados en birdwatching acuden a contemplar a lo largo del año.

Entre los últimos días de febrero y los primeros de marzo se celebra en Villarreal de San Carlos, en pleno corazón de la Reserva, la Feria Internacional de Turismo Ornitológico (FIO) que en 2025 ha alcanzado su vigésima edición. Esta, además de reunir visitantes de diferentes nacionalidades, ofrece un espacio expositivo para empresas especializadas en birding, conferencias, talleres especializados, exposiciones, rutas y concursos que dan la posibilidad a toda persona que quiera acudir a disfrutar y conocer la Reserva de la Biosfera de Monfragüe.

Creo que ya he dicho eso de que la dehesa es un lugar inventado. Es cierto, pero su belleza seduce. En Monfragüe y su Entorno, el paisaje viene condicionado por este natural invento.

Los grandes farallones cuarcíticos condicionan también una orografía accidentada. Las rocas que los forman, la cuarcita armoricana se encuentra no solo en Peña Falcón (Salto del Gitano), sino en la mayoría de las formaciones creadas a partir de la erosión de la piedra más blanda, la pizarra, conservando estas partes más consistentes. Se cubren de musgo y líquenes aunque también alojan otras especies vegetales como enebro o cambroño.

Estos altos roquedos son el hábitat perfecto para la nidificación de aves que encuentran un lugar seguro y resguardado en los pliegues rocosos, inaccesibles en ocasiones por su verticalidad. Águilas reales, azores, gavilanes, alimoches, cigüeñas negras, buhos reales, buitres leonados y buitres negros, águilas calzadas y las fascinantes águilas culebreras son las especies más comunes que aquí podrás observar. 

Sobre la tierra encontrarás linces, ginetas, gatos monteses y meloncillos que comparten con ciervos, jabalíes, zorros, conejos, liebres, garduñas y tejones el alimento que el entorno proporciona. Más pegados aún al suelo, los reptiles entre los que encontrarás lagartos ocelados y lagartijas colilargas, salamanquesas rosadas, eslozones ibéricos, víboras hocicudas y culebras de herradura, bastardas y de collar. 

El bosque es mediterráneo y su aspecto varía entre las laderas de solana y la de umbría. En las primeras, especies aromáticas de hojas gruesas y árboles como la encina, matorrales como acebuches, jaras, piruétanos, olivillas y retamas, escobas, cantuesos y aulagas, te ofrecen un tapiz algo más ocre y apagado que en las laderas de umbría. A la sombra, con mayor humedad y menos rigor térmico, alcornoques, quejigos, algún arce de Montpellier, madroños, ruscos, cornicabras, mirto y brezo blanco, entre otras especies, luchan por conseguir un centímetro cuadrado libre para crecer. Tal es su frondosidad.

El río Tajo atraviesa la reserva. En él desemboca uno de sus afluentes más importantes en Extremadura, el río Tiétar. Arroyos como el Barbaón, el de la Garganta, La Higuera, Zahurdillas, el de la Majada Nueva, la Cabeza, la Zorrera, el del Lugar, el Malaqueo, el arroyo Villas, el de los Manantíos, el del Puchero, el Lengo o del Pilongo, el del Hierro, Vallefresco, el Charco de los Perros, el del Aguijón o el de la Vid aportan caudal al Tajo nutriéndolo con sus aportes minerales que recogen de las escarpaduras y los terrenos más llanos. Así, el agua dibuja un paisaje que tiene su máximo exponente y más conocido en el Salto del Gitano y también en las vistas que desde el Castillo de Monfragüe se pueden contemplar. Estos arroyos crean un ecosistema acuático natural, las riberas. Embalses y charcas retienen la cantidad de agua necesaria para la supervivencia de todos los seres de la reserva.

En el medio acuático encuentro nutrias y también ejemplares de martín pescador y garzas reales. También la rana meridional y los tritones sellan la carta de calidad del agua en Monfragüe. Conseguirás observar galápagos leprosos y europeos si eres silencioso y te armas de paciencia en cualquier rincón del ecosistema de ribera.

Te brindo la posibilidad de conocer un poco más a fondo este lugar tan especial y emblemático para todos los amantes de la naturaleza recorriendo cada población y deteniéndonos en lo más significativo de cada lugar. 

Comenzaré el recorrido parando en CAÑAVERAL, allí visitaré la Sierra del Arco, un maravilloso enclave en el que la pedanía VILLA DEL ARCO se funde con la naturaleza para integrar sus casas entre la frondosidad, el verdor y la frescura del agua de la sierra. Allí, ésta mana en la fuente que hay junto al desaparecido Olmo negro del que ya solo quedan restos de su tronco devorado por la grafiosis hace unas décadas, enarrietado con un muro de piedra como si de un monumento se tratara. Y sí, es el monumento natural a un ser que vivió cuatrocientos años. El agua en Villa del Arco discurre por canalizaciones talladas en cantería compartiendo el empedrado rústico de las pocas calles que tiene.

Cañaveral cuenta también con otro recurso hídrico, el Embalse de Cañaveral, que reúne en su entorno un bosque bajo compuesto principalmente por matorrales como la retama, la escoba blanca y la amarilla, cantueso, la temida y venenosa dedalera, jara pringosa, rosal silvestre y zarza además de ahulagas y gamonitos. Entre las encinas habitan conejos, zorros, buitres leonados y negros, águilas perdiceras, milanos, perdices, aguanieves, lavanderas, carboneros, cojugadas, cuervos, petirrojos, tordos, estorninos y herrerillos entre otras aves.

Las encinas y los alcornoques salpican el paisaje de Cañaveral y encontré un maravilloso espacio representativo en la Dehesa Boyal. Además de quercus encuentro pinos y piruétanos y casi todos los ejemplares de matorral que hay en el embalse.

La Cañada Real de Merinas y la Vía de la Plata continúan hacia el norte camino de GRIMALDO y recorriéndola observo la misma vegetación pero con más presencia de pinos. Destaco el pequeño bosque existente entre el castillo de Grimaldo y el pequeño área de descanso junto a la Iglesia de la Inmaculada Concepción, surcado por el Arroyo de la Madre del Agua. Precioso nombre.

Próximo a Cañaveral se encuentra CASAS DE MILLÁN con excelentes paisajes. Se trata de un lugar donde la altitud disminuye con respecto a la Sierra del Arco y la de la Silleta, suavizando las ondulaciones pero mostrando un paraje tremendamente bello. En Casas de Millán hay varios manantiales que mantienen ese verdor y frescor característico del lugar. El Arroyo Ribera del Castaño o de los Molinos proporcionó en su día la fuerza motriz para que catorce antiguos molinos harineros, hoy en ruinas, produjesen el necesario alimento. De nuevo aves, las mismas que en Cañaveral, y los buitres, los sempiternos buitres que parecen vigilar cada movimiento desde las alturas.

El paraje del molino del Chaval es compartido también con la Ermita de Nuestra Señora de Tebas y dista tan solo 5,7 kilómetros de Casas de Millán por una pista que, ahora, me arrepiento de no haber realizado a pié. Una ruta de algo más de 11 km por la dehesa te regalará imágenes que no olvidarás jamás, te lo aseguro. Un macho cabrío me observa con la tranquilidad de considerarme un simple invitado en su casa.

En CASAS DE MIRAVETE recibo un golpe casi irreal cuando transito los 3,2 km que separan la población de las ruinas de la Iglesia de Santiago de la Piñuela. La cantidad de helechos combinada con alcornoques dibujan un paisaje que parece sacado de aquella película y novela del gran Wenceslao Fernández Flórez, ”El Bosque Animado”. Parece que el bandido Fendetestas va a salir de entre ellos para hacerte reír un rato. Estoy en la falda norte de la Sierra de Miravete, bajo el puerto. El Camino Real de Extremadura y la Cañada Real Leonesa Occidental atraviesan el pueblo. El 23% de su término municipal está dentro de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe y el resto pertenece al Parque Nacional de Monfragüe.

Las mariposas me atrapan y alegran cada paso del recorrido. Alzo la vista y veo el pico Miravete que cuenta con 848 metros de altitud sobre el nivel del mar. En la sierra se asientan los restos del castillo de Miravete y también los de las fortificaciones francesas de Senarmont y Colbert. 

En la Era de los Santos hay un observatorio astronómico al aire libre con paneles informativos y un curioso reloj nocturno.

Acabo de llegar a HIGUERA DE ALBALAT después de ver desde la carretera el Alcornoque de los Cercones. Es imposible acercarse a él por la espesura de matorral que lo rodea. Más adelante, el pueblo, situado entre las sierras de El Campillo y el Frontal, de alto valor ecológico, ambiental y paisajístico por la flora y fauna que lo habitan.

Es un lugar ideal para recolectar setas y espárragos camino de la Mina la Norteña, en la Garganta de los Nogales, mientras recorres el sendero GR113 (Camino Natural del Tajo). Otra ruta, la del Sendero Internacional Apalaches pasa por la sierra como queriendo conectar con la cordillera norteamericana. De hecho, se trata de la misma cadena montañosa que cruza el Pacífico para emerger entre esta zona y Las Villuercas. Puedes realizar más rutas en este lugar, como la de Las Navas, la del Valle Chico, la de los Rozales o la de la Mina que guarda entre el espesor de la jara algunos restos de una atalaya islámica y la ciudadela Castil Oreja. Me informo también sobre la Ruta de los Castañares, la del Tajo, la de la Campana de Albalat y la de la Garganta de los Nogales y llego a la conclusión de que este es un lugar para eso, rutear, mochila al hombro, agua y bocata, y admirar la fauna del lugar entre la que encontrarás buitres leonados y negros, alimoches, milanos, rabilargos, jilgueros que alegran los paseos entre las encinas, alguna cojugada y muchas urracas, abejarucos y oropéndolas. Especies mayores como ciervos, corzos y jabalíes conviven con zorros y jinetas y en las aguas próximas del Tajo podrás encontrar barbos y bogas. Alguna rana y culebra de agua que nos conectarán con reptiles como salamandras, lagartijas, lagartos ojinegros...

En cuanto a los insectos, las abejas, libélulas y mariposas tienen un protagonismo especial. Las primeras surten de miel y polen y realizan su imprescindible trabajo polinizador. Puedes conocer más en el Centro de Interpretación en Higuera de Albalat.

Conduzco hasta JARAICEJO para visitar una interesante ribera en la que se encuentran los tres puentes sobre el río Almonte. En ella se encuentra la Reserva Fluvial Río Almonte, una de las 82 reservas fluviales de España. El lugar pertenece a la ZEPA de Monfragüe y a la Reserva de la Biosfera. El Almonte se nutre hasta este punto de tributarios como la Garganta de Santa Lucía, el río Berzocana y el río Garciaz. Molinos, puentes... dejan la impronta humana de la convivencia en tiempos pasados y presentes del hombre con el río. Este año las lluvias han sido generosas y el Almonte baña el viejo puente abrazando sus ojos, como saludándolo al paso creando un tapiz de flores y verde en las orillas. Recomiendo visitar la Garganta del Cubo tras la subida al Collado de los Castaños.

En MALPARTIDA DE PLASENCIA me encuentro con otro espacio adehesado de gran belleza al visitar el yacimiento del Cerro de Castillejos. Su dehesa boyal cuenta con 32 fuentes para el ganado. Aquí es fácil encontrar mestos, híbridos entre encinas y alcornoques o robles, aunque es difícil diferenciarlos de los alcornoques y robles. En la Estación de la Bazagona hay un pinar encajado entre el río Tiétar y el arroyo Porquerizo que ofrece una bonita estampa. El merendero de San Cristóbal y el pesquil del mismo nombre están próximos a La Laguna, un precioso espacio natural que baña con sus aguas las proximidades de Malpartida de Plasencia. En materia trashumante, Malpartida de Plasencia se conoce por ser cruce de cañadas ganaderas.

Viajo ahora hasta MIRABEL con la ilusión de conocer al Padre Santo. No es un religioso, que va, se trata del alcornoque singular que sobrevive tras 900 años en la dehesa boyal del municipio. Su copa tiene unos 27 metros. Próximo a él, el alcornoque Grueso también desafía las leyes naturales para permanecer en pie. La dehesa boyal de Mirabel cuenta con un alto valor medioambiental dada su gran biodiversidad. Próximo está el Pantano Ribera del Castaño. Hay varias rutas, la de la Vereda de Juan Puerta, la de el Venero y la de la Umbría de Barbechoso (SL-CC 11), están al nivel del paisajista más exigente. Si quieres conocer estos árboles singulares te recomiendo hacer el sendero de Árboles Singulares (PR-CC 66). Y fuera de menú, me atrevo a sugerirte otra ruta, corta pero con una fuerte pendiente al final y unas vistas impresionantes. Me refiero a la subida al castillo de Mirabel. Quizá una de las más impresionantes de esta Reserva de la Biosfera, sin duda.

Me confieso noctógrafo incansable. Le robo horas al sueño, todas las que mi cuerpo me deja, para buscar lugares bonitos en los que hacer fotografía que combinen patrimonio natural y/o histórico con cielo nocturno en el que aparezca la Vía Láctea en primavera y verano o la constelación de Orión en otoño e invierno. Se me antoja que el castillo de Mirabel tiene una de esas fotografías a las que no voy a resistirme. Finales de Junio puede ser un buen momento para tomar Vía Láctea y castillo justo desde el último rellano antes de entrar en él, algo así. Anota si como yo te confiesas noctógrafo. 

De Mirabel tomo camino hacia PEDROSO DE ACIM para disfrutar de unas vistas hermosas desde el Monasterio de El Palancar, conocido también como El Conventito. Los religiosos franciscanos se han esmerado durante siglos en mantener un verdadero vergel en plena sierra que te invita a descansar, sentado, mientras admiras cada tallo, cada hoja, cada flor que hay en el lugar. Todo es admirable. No me extrañaría que los propios franciscanos considerasen que Dios había puesto un dedo en este punto del mapa.

La propia población de Pedroso de Acim invita a internarse entre las sierras para recorrer bosques de alcornoques quizá en dirección a la Peña de los Cenizos.

ROMANGORDO es otra de las poblaciones que da la sensación de estar encastrada en el paisaje como una pieza de nácar en el ébano como si ambos, pueblo y paisaje se embellecieran mutuamente. Romangordo me invita a conocer aceñas y molinos que, como esa pieza de nácar, puedes encontrar encajadas en el cauce del río Tajo. También me invita a realizar la Ruta de los Ingleses a pie. Cuando llegué esta mañana a Romangordo, al salir del túnel de Miravete en sentido Madrid, pude ver, a lo lejos, el alcornoque del Venero, aunque puedes recorrer el camino que lo separa 2,7 km de Romangordo.

En SAUCEDILLA llego hasta la ZEPA del Embalse de Arrocampo. Aprovecho para tomar algunas fotografías a primera hora de la mañana en el Parque Ornitológico de Arrocampo. No es buen momento para fotografiar aves y parecen estar hoy en huelga, pero este lugar está considerado como el mejor para la observación de aves palustres de toda Extremadura. El parque ornitológico cuenta con varias rutas y puntos de observación a lo largo del humedal que forma junto al pueblo el embalse. En la Iglesia de Saucedilla puedo contemplar como una colonia de cernícalos primilla revolotean amparados por la ZEPA urbana.

SERRADILLA hizo que me volase la cabeza, así literalmente, llenándoseme de pájaros. Estoy acostumbrado a las vistas en el Salto del Gitano, a la observación de buitres en ese lugar y no pensé que hubiese otro mejor para hacerlo en el Parque Nacional. Me equivocaba. Después de recorrer el extrarradio de Serradilla y disfrutar de su valor ecológico regado por tantas fuentes como te cuento en la sección de patrimonio, pensaba que poco me iba a sorprender ya.

Sabía que laRuta de la Garganta del Fraile (SL-CC-44) estaba considerada como el mejor sendero homologado de España en 2022 pero desconocía los detalles. Un camino tras el cementerio de Serradilla me llevó durante 3,7 km de recorrido hasta la Garganta del Fraile. La señalización es buena y el paisaje algo digno de disfrutar sin prisas. Una vez en la Portilla del Fraile mi sorpresa es mayúscula cuando veo la cantidad de buitres que revolotean sobre mi cabeza. Para mi asombro veo también una cascada de agua que surge del cortado que hay entre dos farallones enormes. Un pequeño merendero para disfrutar y un arroyo que pone música al día con el soniquete del agua. Decido volver visitando el Mirador de la Portilla y ya, desde ahí, en lugar de deshacer el camino, me dirijo hasta el inicio de ruta por un camino desde el que no puedo dejar de ver el Castillo de Monfragüe a menos de 10 km en línea recta visual.

Desde Serradilla no tengo más remedio que completar la jornada yendo hasta VILLARREAL DE SAN CARLOS, pedanía de "La Serraílla". Villarreal acoge cada año la celebración de la FIO cuyos detalles te expliqué al principio. Es un enclave silencioso y tranquilo en el que parar y recrearse viendo los chozos o visitando alguno de los centros de interpretación que te cuento en otra sección dedicada especificamente a ello. Entre Villarreal de San Carlos y el Salto del Gitano, que depende de Torrejón el Rubio, hay poco más de 5 km que conduzco con una parada intermedia en el mirador del Puente del Cardenal y en la Fuente del Francés, ambos próximos. Una vez encuentro estacionamiento en el Salto del Gitano me dedico a pasear por el pequeño entorno y observar los buitres, fotografiarlos, filmarlos y escucharlos. Comparto espacio con algunos birdinwatchers, un matrimonio holandés que ha aparcado su autocaravana allí y un gasteiztarra que ha venido desde Vitoria con su camper para hacer algunas fotografías. Busco acomodo en el coche y recojo la lona que cubre el techo solar para ver las estrellas. Pienso pasar toda la noche en el lugar para fotografiar las estrellas a diferentes horas. Y la recompensa es tremenda.

Aquí hay un cielo limpísimo, con ausencia de mucha de la contaminación lumínica que invade las zonas y pueblos próximos a ciudades bien iluminadas. Aunque se ve la contaminación lumínica de Navalmoral de la Mata o de Plasencia en el horizonte y no puedo hacer nada por evitarlo, las fotografías que consigo confirman que estoy en Territorio Starlight.

Ceno un par de latas y las dejo cerca del coche porque he olvidado la linterna y ando justo de batería en el móvil. Me acomodo para dormir algo hasta las 3:30, hora en la que intentaré fotografiar mi primer centro galáctico del 2025. A eso de la media noche siento algún golpe fuera y sobre el coche. Sobresaltado, enciendo la linterna del móvil y ¡OMG! veo cómo una gineta se pasea tan pancha por el techo de cristal. La disfruto apenas unos segundos porque no se asusta pero tampoco quiere estar ahí. Yo tampoco, así que me pongo lo poco de abrigo que he previsto y me echo a fotografiar la noche. Más recompensa en forma de estrellas, algún bólido, el agua mansa del Tajo que refleja la luz celeste... No tengo palabras.

Por la mañana, la luz del día me despierta. Salgo afuera y el matrimonio holandés me saluda y ofrece una taza de café caliente que no rechazo. La tomamos juntos apoyados en la barandilla de madera que da al Tajo y allí nos comunicamos en una mezcla entre español-francés e inglés que resulta curiosa pero divertida y nos permite conocer algo de qué hacemos en Monfragüe y qué es lo que nos gusta. Les cuento que soy fotógrafo pero cuando, al rato, descarga su cámara con un objetivo 200-600 mm de color blanco se me saltan los colores.

Ver estrellas en el Salto del Gitano no tiene precio. Fotografiarlas ya es un privilegio. Pasar una noche allí prácticamente a la intemperie toda ella sin apenas dormir está más que justificado. Los olores de la noche son diferentes a los del día. La luz también y los sonidos a veces se te antojan inquietantemente salvajes pero no me preocupan porque sé que no estoy en la dieta de ninguno de las especies que habitan Monfragüe.

Aprovecho la primera hora de la mañana, el café caliente recién tomado que agradezco en perfecto alemán tal y como se me ha enseñado, deseo suerte a mis vecinos de noche y me encamino hacia el castillo de Monfragüe, uno de los lugares más emblemáticos para la observación de rapaces, en especial los buitres leonados y negros. En el camino de subida sorprendo a una cierva junto al camino que huye tan despavorida como graciosa. Arriba me preparo para el festival y los buitres algo perezosos terminan saludando a quienes esperamos allí.

No veo necesario enumerar las distintas especies zoológicas y botánicas que habitan este lugar concreto porque a lo largo de esta guía las hemos nombrado. Nada que añadir salvo que en pocos kilómetros a la redonda están todas. Para mí este es el Kilómetro Cero de Monfragüe. En él se dan cita a diario numerosos aficionados a a observación de aves y amantes de la naturaleza.

Desde SERREJÓN se ve la nieve y ¡estamos a finales de mayo! Subido junto a las Tres Cruces del Calvario veo la sierra de Gredos y también la Comarca de la Vera. Las vistas son bonitas, como para quedarse largo rato aquí contemplando el valle que se interpone entre el lugar en el que me encuentro y el río Tiétar. Justo en medio está Toril, mi próxima parada. He parado en Serrejón después de dar un paseo por el Embalse de Arrocampo y parar a oler, sí, oler, el campo junto a las ruinas de la Ermita de Santiago. Dehesa, vacas, verde por doquier, un verdadero regalo para la vista y el alma si sabes disfrutar de todo esto.

Serrejón es uno de los puntos en los que puede realizarse observación de estrellas en excelentes calidades dada la baja contaminación lumínica de su cielo. En el paraje “Los Huertos” existen dos mapas estelares integrados para las noches de verano y otoño respectivamente. 

Llego hasta TORIL con la tristeza de no poder buscar al abuelo de Toril, ese alcornoque singular que, eso sí, dejó siete retoños procedentes de sus bellotas. Tampoco existe ya el Fresno de la Herguijuela. Tras el pueblo, en pleno paisaje de dehesa hay un merendero, un excelente lugar en el que parar, conocer la dehesa un poco más a fondo y disfrutar de las aves. Hay varias rutas, la Rosa Toril-La Hergijuela-Serrejón y la Ruta Circular de Las Dehesas de Maulique. 

Para finalizar te contaré que TORREJÓN EL RUBIO posee el Mesto de San Marcelo. El Salto del Gitano pertenece a su término municipal y ya te conté la experiencia en él y en el castillo de Monfragüe en el trayecto desde Serradilla. Por la mañana mañana madrugo para caminar por un interesante recorrido entre la Hospedería de Monfragüe y el Puente Viejo de 2,1 (x2) km de distancia. El paraje es brutal. Por momentos pienso que estoy en África incluso. Y no, no es exageración. Me sorprende un vehículo rotulado con logos de NATIONAL GEOGRAPHIC y charlo con el fotógrafo holandés que se aloja en él. Me cuenta que ha estado fotografiando muy temprano algunos ejemplares de jabalí. Más allá su compañera está a la caza, fotográfica claro, en la dehesa.

Después de descansar en la Hospedería y reponer fuerzas con el recién estrenado menú extremeño me preparo para la tarde noche. El establecimiento hotelero cuenta con la instalación de un mirador celeste que ayuda a interpretar el paisaje estelar mostrando la ubicación de constelaciones y puntos estelares principales. Igualmente cuenta con un programa de actividades desarrolladas por expertos con charlas, proyecciones y observaciones a través de telescopios profesionales.

He de visitar el Observatorio Astronómico de Monfragüe y como el tiempo está muy medido y la agenda apretada, Miguel amablemente se ha ofrecido a enseñármelo fuera de horario. Charlamos bajo las estrellas de las estrellas mientras aprovecho para tomar algunas fotografías. La limpieza del cielo nocturno es tal que consigo fotografiar por primera vez en mi vida la luz zodiacal. Te recomiendo que contactes con este observatorio para poder observar las estrellas en un cielo tan limpio como el que tiene Torrejón el Rubio en plena Reserva de la Biosfera de Monfragüe. Además, organizan actividades que sin duda te van a interesar.

Viendo esa inmensidad celeste, esa cantidad infinita de estrellas, pienso que Monfragüe es, al fin y al cabo, un insignificante punto en todo el Universo, que yo lo soy mucho más aún, pero estos días Monfragüe no solo ha sido mi casa, ha sido mi particular Universo, un lugar en el que sé que si cienciaficcionalmente viajara al pasado aquél en el que aún no existían la electricidad o el teléfono, los vehículos a motor o ninguno de los avances que hoy conocemos, me sentiría a salvo y seguro. Quizá para el guerrero representado en la Estela de Torrejón El Rubio III no hubiese más Universo que estas tierras y el cielo que las cubre desde el inicio de los tiempos.

No es verdad que la esencia se guarde en las pequeñas cosas. Cosas tan grandes como el concepto Monfragüe trascienden lo que simplemente son: un árbol, un monumento, un río, una fruta o un buitre, yendo más allá y sentando incluso una forma de vida, una filosofía, un espacio que invita a reencontrarse con los orígenes, con nuestro interior. Ven a Monfragüe y descúbrelo, descubre planetamonfragüe y descúbrete a ti mismo.