Badajoz

Cementerio de los Italianos: espacio para el respeto y la reconciliación

Como consecuencia de la feroz guerra civil que nuestro país vivió el pasado siglo, muchos fueron los soldados no españoles caídos en combate (alemanes e italianos principalmente) cuyos cuerpos recibieron sepultura en nuestra región. Tenemos el caso del Cementerio Alemán de Yuste en el que no solo descansan los restos de soldados alemanes que participaron en la Guerra Civil Española, sino que también reposan los de soldados de la I y II Guerra Mundial que cayeron en combates en suelo o aguas españoles y posteriormente reagrupados y trasladados junto al lugar donde murió Carlos I de España y V de Alemania.

 

 

Pero el cementerio militar de Campillo de Llerena no es alemán, es italiano. Muchos fueron los soldados italianos que cayeron en el frente de la cercana Sierra de Argalén y cuyos cuerpos se agruparon en este cementerio, improvisando un pequeño camposanto militar en el que fueron enterrados no solo los soldados italianos, sino los españoles que perdieron la vida en esta batalla. En este lugar fueron enterrados entre 53 y 55 soldados españoles y un total de 15 italianos.

 

 

Con independencia del bando cuyos soldados fueron sepultados en este lugar, existió unión entre los grupos políticos locales y regionales a la hora de reclamar el adecentamiento y rehabilitación del espacio, quedando de esta manera como un símbolo de reconciliación para las generaciones posteriores.

 

 

Campillo de Llerena constituyó un punto complicado para los intereses nacionales durante la contienda. Su marcado carácter izquierdista y los odios y rencillas sembrados durante décadas, configuraron una situación que poco precisó para estallar con la máxima crueldad. El abandono del ejercicio de la autoridad en el pueblo por parte de la Guardia Civil y su posterior asunción por parte del Comité del Frente Popular acrecentaron y aumentaron los problemas existentes, produciéndose numerosas “sacas” de uno y otro bando con decenas de fusilados frente al muro del viejo cementerio. No en vano, fue el último municipio en ser tomado por el ejército de Franco antes de que el Frente de Extremadura llegase a ser dominado por el bando nacional.

 

 

Y esa dificultad se produjo en la Sierra de Argallén y en las proximidades de Campillo de Llerena, zonas a las que habían llegado procedentes de la ofensiva de Pozoblanco y poblaciones próximas a Campillo, las brigadas Italoespañola: la Primera Brigada Mixta Italoespañola, conocida como Flechas Negras y la Primera Brigada Mixta Legionaria conocida como Flechas Azules. Ambas formaciones estaban compuestas por oficiales italianos, siendo la  tropa de clase de nacionalidad española principalmente.

 

 

Se calcula que en las proximidades de Campillo de Llerena, en esta última batalla antes de la estabilización del frente por parte de las tropas nacionales, perdieron la vida unos 300 soldados, muchos de los cuales terminaron en la fosa común y otros en este pequeño cementerio. Los años pasaron y el cementerio continuó manteniéndose quizás de forma un tanto precaria. Según algunas informaciones, los restos de los soldados italianos muertos fueron trasladados, unos al osario de San Antonio de Padua en Zaragoza y otros al Valle de los Caídos, permaneciendo otros tantos en este lugar en el que se practicaron expolios y profanaciones durante años.

 

 

Afortunadamente la realidad hoy en día es distinta. El sentido común y la humanidad se han sobrepuesto a los intereses e ideologías políticas, brindándonos este espacio para la visita y la reflexión. Uno más de los lugares de nuestra Extremadura que no puedes seguir sin conocer.